Un poema de La línea vertical del Alif
ἀλλ' ἧμαι παρὰ νηυσὶν ἐτώσιον ἄχθος ἀρούρης.
HOMERO, Ilíada, XVIII, 104
Aún me diréis que soy pesimista
pero olvidaréis izar la vela blanca
para evitar mi llanto,
para que no caiga sobre mí otra vez
la noche.
Atardecer en el Cabo Sunion, con el templo de Poseidón |
Olvidaréis que me duelen las raíces
de estos árboles quemados ,
como me duelen y supuran también
las vidas sajadas por el odio
y esas miles de mujeres
que se callan
para recibir más golpes
de aquellos que se nombran
"los amados".
Evitaréis que vuelva mi recuerdo sobre
aquel paseo de Dante por Liberia
acompañado de un fusil y no
Virgilio.
Me diréis que estoy muerta,
que no hay poesía social que valga,
que ya no vende lo humano.
Lo diréis como si esto fuera
un negocio en bolsa
y la poesía, un extracto bancario.
Dejaréis caer sobre mí, otra vez,
todas las aguas frías del Egeo.
©Antonia Huerta Sánchez
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